Un día te levantas y el “erase una vez” ya no existe, hay muchos días, los cuentos dejan de ser cuentos.
De repente pasan los años y ya no sientes tanta emoción cuando llega tu cumpleaños, ya no pides deseos, vives de la realidad.
Caminas por las calles y ya no sientes ganas de caminar al borde sin topar la línea blanca, ahora solo quieres el equilibrio de tu vida.
Las películas de Disney te parecen tan aburridas y patéticas que prefieres perderte en una serie, ya no eres tú.
Miras las estrellas y ya no tratas de contarlas, ya no pides deseos cuando pasa una estrella fugaz, solo quieres que el día termine.
Pierdes la fe en ti, que ya no recuerdas cuando de pequeño les contabas a todos que serias muy feliz y cumplieras todos tus sueños.
Buscas pasar todo el día en cama, que ya olvidas lo bello de andar en bici hasta llegar a rasparse las rodillas.
Prometiste que no tendrías una vida cotidiana, pero sigues atrapado en la rutina que ya hasta olvidas de como reír.
Vives tratando de encajar en la sociedad, que perdiste tu esencia de como eras
Le llamas diversión a estar en una fiesta donde solo te buscan para ir de “shot en shot” cuando antes jurabas que no necesitabas ni una gota de alcohol para ser divertido.
Pasaron los años y te preguntas: ¿Por qué cada día estoy más viejo?
Un sitio para escapar 